Con Gerardo y Miguel Ángel

El viernes 20 me encontré con Gerardo Dueñas en Puebla, y el viernes 27 con Miguel Ángel Vichique en Querétaro, las ciudades donde ahora viven y trabajan.

Gerardo es el jefe de corresponsales (hace apenas un par de meses) de El Sol de Puebla, y se siente a gusto ahí: como viejo periodista que es le enorgullece que puede "pegar, pegar, pegar" al gobernador, y con la ingenuidad del recién llegado al ruinoso imperio de don Mario Vázquez Raña está seguro de que puede influir en una imposible reforma interna. No se ve tan enfermo como parecía el año pasado, cuando sobrevivía en un periódico aun más insignificante. Ahora presume, con razón, a sus hijos adolescentes. Vuelvo a decir que no le caería mal si le hacemos una llamada de cuando en cuando.

Miguel Ángel se prepara para una residencia de casi un año en Barcelona para iniciar su doctorado. Conocí su casa, impresionante, diseñada por él mismo y llena de sus propias esculturas. Pasamos una tarde de pizza y vino, hablando del oficio del periodista, el periodista justiciero, la malformación de nuestros públicos... Desde ahí buscó un par de veces a Héctor Moreno, que desde luego no responde, no responde y no responde.

Sería bueno que nos encontráramos, antes del viaje -a fines de septiembre- de Vichique. En una de esas, vamos quedando de acuerdo en la vieja idea de un acto académico en la escuela, un seminario al que todos podríamos aportar una parte de nuestra experiencia profesional.